miércoles, 24 de octubre de 2012

CINE ULTRAPOP!: DENTRO DEL LABERINTO (y una reivindicación)

Tengo la sana costumbre de sentarme con mis hijos a ver cuánto éxito ochentero adecuado a su edad se me pase por la cabeza. Hemos visto la saga completa de Star Wars (sí, la parte moderna no es ochentera, lo sé), todos los Indianas, Los Gremlins, Los Goonies (y alguna otra peli de pandillas que se me pasa en este instante), Regreso al futuro, varios Muppets ("En el espacio" es mi favorita, un "must"). Estoy esperando unos añitos para entregarme de lleno a la factoría  Hughes (¡no puedo dejar de ver Pretty in pink con mi hija!) y si hemos respetado La historia interminable es porque tenemos el libro a medias. En la "cartera", ya preparados, Ghostbuster y La princesa prometida (ese Gary Elwes del que todas nos enamoramos antes de que le diera por las cintas "gore").
La última película que hemos "revisado" es Dentro del laberinto, de Jim Henson y, sinceramente, me resultó algo aburrida (creo que a ellos también, aunque no dijeron nada). Achaca el peso excesivo de unos muñecos, sin duda maravillosos en su momento, que, a excepcion quizás de Sir Didymus, el zorro inglés que defiende a la protagonista, resultan algo planos vistos bajo la óptica actual.
Sin embargo, es una cinta mítica de la que merece la pena destacar a sus protagonistas "humanos". Por un lado, tenemos a  una Jennifer Connelly bellísima en su adolescencia y estupenda ganadora de un óscar, años más tarde, por Una mente maravillosa, una película que recomiendo a todos los economístas y amantes de la Teoría de Juegos pues narra la historia de su creador y Premio Nobel, John Nash.
Esos ojos, inconfundibles pese al paso de los años.
Por otro, y sobre todo, Bowie. Ese grandísimo Bowie,  haciendo de su propio personaje, el que él creó para la historia de la música, y dando su carismática voz a unas canciones que no están nada mal, como este Magic Dance:


Mis hijos sabían muy poco o apenas nada de él, lo que me hace pensar en que su voluntaria desaparición de la escena pública hace muy necesaria su reivindicación para las nuevas generaciones, que no lo conocen al nivel que sí conocen a otros contemporáneos suyos, como los Beatles. Bowie es una figura en la historia de la música moderna  cuya huella se puede seguir en casi todos los movimientos musicales que le sucedieron aunque él sea único, una figura tan original que no puede ser enmarcada en ninguna corriente, "escuela" ni tribu urbana.
En este sentido, se me antoja interesantísima la exposición que prepara el Victoria and Albert londinense que se podrá ver desde el próximo 23 de marzo.
¿Y vosotros? ¿Soléis ver antiguos éxitos del cine con vuestros hijos? ¿alguna recomendación?
Enjoy Ultrapop!

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